miércoles, 20 de marzo de 2013

El renacimiento de los clásicos (tercera parte): Alonso de Ercilla, Pérez de Oliva y Pedro Mexía

Terminaremos nuestro breve paseo por la literatura del siglo XVI leyendo algunos ejemplos señeros relativos a la épica, el drama y la prosa miscelánea. Ercilla, Pérez de Oliva y Pero Mexía nos brindarán magníficos textos para enriquecer nuestra lectura. Asimismo, al comienzo de La Araucana de Ercilla lo acompañaremos con el comienzo de Os Lusiadas, de Camoens. La lectura de Pedro Mexía viene acompañada, asimismo, de un pasaje extraído de los Ensayos de Montaigne. Terminaremos reflexionando acerca del nacimento de un nuevo género en el siglo XVI: el ensayo (en la imagen, la estatua de Montaigne que puede verse en Burdeos). POR FRANCISCO GARCÍA JURADO
-La épica: Ercilla y Camoens

El original de La Araucana en la Biblioteca Nacional de Chile:
http://www.bcn.cl/bibliodigital/dhisto/araucana

Alonso de Ercilla y su poema épico La araucana:

“No las damas, amor, no gentilezas
de caballero canto enamorados,
ni las muestras, regalos y ternezas
de amorosos afectos y cuidados;
mas el valor, los hechos, las proezas
de aquellos españoles esforzados,
que a la cerviz de Arauco no domada
pusieron duro yugo por la espada.”

“Aunque con acierto la crítica ha visto en este comienzo una réplica a la temática del Orlando furioso de Ariosto (que en su comienzo declara: «Le donne, i cavalier, l’arma, gli amori, / Le cortesie, l’audaci imprese io canto»), en cualquier caso ahí consta ya el tópico de la declaración de canto en la estrofa inicial del poema, con una expresión, «canto», en primera persona de singular, y una oración de relativo referida al complemento directo de «canto», igual que en los dos versos primeros de la epopeya virgiliana:

Arma uirumque cano, Troiae qui primus ab oris
Italiam jatoprofugus Lauiniaque uenit.”

Tomado de Vicente Cristóbal, “De la Eneida a la Araucana” http://revistas.ucm.es/index.php/CFCL/article/view/CFCL9595220067A/34758
En este trabajo se muestra la gran importancia que, como modelo, ha tenido la Eneida en el origen de la epopeya culta española, y en concreto, en el origen de la Araucana de Alonso de Ercilla. Tras explicar cómo varias de las singularidades literarias de este poema (argumento histórico, ausencia de héroe individual, cierta visión imparcial de los dos bandos en conflicto...) se explican mejor a la luz de los modelos antiguos (Eneida y Farsalia), a continuación se enumeran y analizan una serie de tópicos y convenciones presentes en él y derivados de Virgilio (declaración inicial del argumento, écfrasis descriptivo, tempestad, comparaciones naturalistas, Dido, juegos deportivos, etc.), poniendo de relieve así el virgilianismo esencial de la Araucana, aspecto que no había sido destacado en su justa medida por la crítica precedente.

Camoens y Os Lusiadas

Alonso Zamora Vicente, conferencia "Relaciones literarias hispano-portuguesas"

http://www.march.es/conferencias/anteriores/voz.aspx?id=1281

José Filgueira Valverde, "Camoens, clásico español"

http://www.march.es/conferencias/anteriores/voz.aspx?id=1280

Comienzo de Os Lusiadas de Camoens:

“OS LUSÍADAS
Luís de Camões

Canto I

As armas e os Barões assinalados
Que da Ocidental praia Lusitana
Por mares nunca de antes navegados
Passaram ainda além da Taprobana,
Em perigos e guerras esforçados
Mais do que prometia a força humana,
E entre gente remota edificaram
Novo Reino, que tanto sublimaram;”

-El teatro. Pérez de Oliva

El teatro: La traducción del Anfitrión de Plauto por parte de Pérez de Oliva. Propaladia, de Torres Naharro; Castro, de Antonio Ferreira. Séneca y la truculencia

“Diálogo de Mercurio y Sosia”, tomado del acto primero del Anfitrión de Plauto traducido por Pérez de Oliva:

“Merc. No sé quién habla.
Sos. No sé quién dice que habla. A mí Sosia me llaman.
Mer. Este debe ser que viene con esta linterna. Menester será que me pague su tributo.
Sos. Este es el mayor peligro, en que jamás me he visto. Menester es sino quiero perder la vida, ponerla en aventura. No quiero mostrarme cobarde, que la buena osadía es el mejor remedio que puedo tener.
Merc. Di tú que traes la luz encerrada en ese cuerno, ¿con cuya licencia andas a esta hora?
Sos. ¿Mas con cuya licencia me demandas tú esa cuenta? También quiero so saber.
Merc. Luego tú no sabes, que te has encontrado con el señor de las noches tebanas.
Sos. Según eso debes ser alguna fantasma venida del infierno.
Merc. ¿Así hablas a quien tiene tu vida en su mano? Si más me enojas.
Sos. ¿Que me harás?
Merc. Que comas estos puños.
Sos. Tal cena, aunque tengo hambre, mejor será agradecerla, que recibirla.
Merc. ¿Que dices?
Sos. Que eso no hagas tú si me crees, porque comería cosa que no me entrase en provecho, y tú quedarías sin manos.
Merc. Luego tú nunca comiste puños sin mascarlos.
Sos. No, mas otros suelen comer los míos de esa manera que dices.
Merc. ¿Quién eres tú, que hablas osado?
Sos. Sosia, criado de Anfitrión, que ha vencido los Teléboas.
Merc. ¿Sosia de Anfitritrión dices que eres tú? Luego tú eres yo.
Sos. Sosia el que he dicho soy yo, tú sé quien quisieres.
Merc. Di hombre desventurado, ¿cómo has osado ensuciar mi nombre en tu persona?
Sos. Este nombre tuve siempre limpio y bueno, el cual fuera bien sucio, si hubiera sido tuyo.
Merc. Luego entenderás quién es Sosia, pues no lo sabes. Dime primero dónde vas.
Sos. Voy a Alcmena con un mensaje.
Merc. Ya, ya, mira quién había de entender cosa tan disimulada. Tu debes ser tercero de algún hombre loco, que piensa que Alcmena es mujer destos mensajes, y por ello vienes de noches y tras nombre fingido. Di, hombre miserable, ¿quién te ha enviado a tu muerte? ¿Tu nombre verdadero cuál es?
Sos. El que me envió sabe que no hay vida más segura de peligros que la mía. Mi nombre ya lo oíste.
Merc. ¿Aún dices que eres Sosia?
Sos. Pues si no soy Sosia, ¿quién soy, yo te pregunto?
Merc. Tu mismo no lo sabes, y quieres que lo sepa yo. Responde, dime, ¿quién eres?
Sos. Soy este que habla contigo.”

Antigua edición de las obras de Pérez de Oliva en el Fondo Histórico de la Universidad Complutense, reproducido en google books:

http://books.google.es/books/ucm?vid=UCM5320773042&printsec=frontcover&redir_esc=y#

Mª. J. Pérez Ibáñez, “El Maestro Pérez de Oliva y su ‘versión’ del Amphytruo de Plauto”, Euphrosyne 24 (1996), 163-182

Texto del Anfitrión de Plauto http://historiantigua.cl/wp-content/uploads/2011/07/Plauto-Tito-Maccio-Tomo-I-Anfitrion-Bilingue.pdf

-La prosa miscelánea y el ensayo

La prosa miscelánea. La Silva de Varia Lección. Pedro Mejía, Montaigne y Aulo Gelio

“Pero, porque no todos lo entienden bien, declaremos agora la diferencia y distancia que puede aver entre dezir mentira y mentir, y en quántas maneras puede ser, pues Aulo Gelio y otros de más autoridad se preciaron de tratarlo y es cierto que no es siempre todo uno. Y, para mejor entenderse, se sepa primero que mentir es afirmar o negar el hombre algo al contrario de lo que siente o tiene por verdad; y el que ansí no lo hiziere, no se podrá dezir que miente. Passa, pues, desta manera: que puede uno afirmar una mentira, pensando que es verdad; y éste tal dize mentira, pero no miente, porque no haze contra lo que siente y cree. Y por el contrario podría uno dezir una verdad teniendola por falsedad: este tal miente aunque no dize mentira. Pero el que dixesse una mentira, teniendola él por tal, este haze ambas cosas, que dize mentira y miente y en estas tres diferencias se encierra este negocio. Y es cierto que en ninguna manera se puede mentir sin culpa y pecado y solamente podría carecer della el segundo ejemplo que es el que dize mentira, creyendo que es verdad; porque como dize, no se puede dezir que miente (…)” (Mejía, Silva de varia lección II, Cátedra, Madrid, pp. 483-484)

Montaigne fue lector de la versión francesa de la Silva de varia lección de Mexía:

“Ce n'est pas sans raison qu'on dit que qui ne se sent point assez ferme de memoire, ne se doit pas mesler d'estre menteur. Je sçay bien que les grammairiens font difference entre dire mensonge et mentir; et disent que dire mensonge c'est dire chose fauce, mais qu'on a pris pour vraye, et que la definition du mot de mentir en Latin, d'où nostre François est party, porte autant comme aller contre sa conscience, et que par consequent cela ne touche que ceux qui disent contre ce qu'ils sçavent, desquels je parle." (Montaigne, Essai I, 9)

Traducción al castellano:

“No falta razón cuando se dice que aquel que no se siente bastante seguro de su memoria no ha de meterse a mentiroso. Si bien que los gramáticos distinguen entre decir mentira y mentir; y dicen que decir mentira es decir cosa falsa mas considerando uno mismo que es verdadera; y que la definición de la palabra mentir en latín, de donde nació nuestro francés, implica ir contra la conciencia y por consiguiente solo atañe a aquellos que hablan contra lo que saben, a los cuales me refiero.” (Montaigne, Ensayos I, 9)

Aulo Gelio y en ensayo moderno

La clave de lectura más productiva de Aulo Gelio en el siglo XVI viene dada a partir del nuevo esquema genérico que da lugar a las silvas y misceláneas humanísticas. Las “noches”, según un antiguo tópico cultural que liga el saber a la luz, suponen el estudio nocturno a la luz de la lucerna, palabra emparentada con lux que, merced a una falsa etimología, vendría a relacionarse con lucubrare “pasar la noche en vela escribiendo a la luz del candil” y lucubratio “vigilia a la luz del candil”, de donde obtenemos “elucubración”, emparentada semánticamente con la palabra vigilia, que también adquiere su propia carta de naturaleza en el contexto de las misceláneas. Mejía está dando verdadero carácter metaliterario a esta palabra, evocando la Praefatio de Gelio, en el “Proemio” de su Silva de varia lección. Mejía asume, ahora en lengua castellana, las características de un género que tiene sus representantes antiguos en autores como Ateneo o Gelio, y encuentra su moderna encarnación en autores como Petrus Crinitus. Esta consideración del saber a la manera de “silva” va creando, poco a poco, una serie de rechazos y tensiones que darán lugar a la configuración de nuevas actitudes ante un saber entendido como mera acumulación. Por ello, debemos considerar el nacimiento de una nueva forma de concebir el saber, de subjetivarlo mediante el rechazo de la antigua erudición, entendida como algo impersonal, y de la superación de la autoridad de los autores clásicos. Así las cosas, el hecho de que termine cristalizando una forma nueva de escritura, la ensayística, precisamente como reacción a la antigua miscelánea, la vigilia o elucubración, hace posible que Gelio se pueda leer a partir de ese nuevo marco ya no sólo como autor de miscelánea, sino en términos de autor de “no-ensayo”. Una primera forma de aproximarse a esta nueva modalidad de escritura es precisamente la que se encuentra en la epístola humanística de Fray Antonio de Guevara. Según Antonio Orejudo en su edición de las Epístolas familiares (Guevara 1995), a partir del Renacimiento la carta busca sobre todo la expresión de lo personal, ocupándose de cuestiones hasta entonces inabordables. La epístola literaria funda así un nuevo espacio comunicativo que terminará desembocando en la novela y el ensayo. Por tanto, y según nuestro criterio de concebir la lectura como un acto también creativo, cabría hacer ahora una lectura de Aulo Gelio dentro de la nueva clave ensayística. El paso de una lectura propia de la miscelánea erudita a una lectura “ensayística” del propio Gelio, conlleva, paradójicamente, la superación del propio autor clásico, ya que el ensayo moderno comienza a rebasar la autoridad de tales autores, manteniendo con ellos una relación dialéctica. Esto explica, seguramente, la relación compleja que Montaigne mantiene con uno de sus antecesores fundamentales (junto a Plutarco y Séneca). Montaigne no puede citar a Gelio porque, si bien su nueva prosa ensayística debe mucho al autor latino, ésta se configura, precisamente, a partir del consciente rechazo a la miscelánea.

Carlos García Gual, "Montaigne y los precursores del ensayo"
http://www.march.es/conferencias/anteriores/voz.aspx?id=2560

Francisco García Jurado, « Sobre la mentira y los mentirosos », en http://lectoresaudaces.blogspot.com/2009/11/sobre-la-mentira-y-los-mentirosos.html
Francisco García Jurado, ““Mentir” y “decir mentira”. Una differentia entre la miscelánea de Aulo Gelio y el ensayo de Montaigne”, Atene e Roma 2012 (en prensa)
Francisco García Jurado, “Aulo Gelio y la literatura española del siglo XVI: autor, texto, comentario y relectura moderna”, Revista de Literatura 147, 2012 (en prensa)

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